Este sitio es para toda persona nacida en esta hermosa tierra. Para todo aquél que se sienta orgulloso por su comuna. para el que sigue aquí, para el que está lejos y para los que de una u otra forma se les ha impregnado en la memoria el nombre de Nacimiento. Más de cuatrocientos años de historia forjaron nuestras raíces, de aquí surgieron patriotas forjadores de nuestra independencia, artistas, escritores, congresistas, héroes, deportistas, nacimentanos de corazón.

Aquí está tu espacio, tu cita con la historia, con el presente y el rincón de los recuerdos y la posibilidad de expresar tus sentimientos por tu pueblo, tu opinión nos interesa, no dejemos en el olvido este pedazo de tierra con una de las historias más extensas e importantes de nuestra patria.
Cada pueblo, cada país, incluso cada persona le asigna importancia a algún tipo de recuerdo. Practicar el ejercicio de mirar hacia atrás es para entendernos mejor, pues el pasado a menudo nos ofrece las claves necesarias para desenvolverse en forma adecuada y exitosa en el presente.
La Historia busca recrear esas vidas y experiencias de esos antepasados, pero no con un mero afán de curiosidad, sino con un espíritu crítico que permita ir descubriendo el legado de los que ya no están. Ahí en el acto de recordar, está la conexión con nuestras raíces, con nuestra Historia.
La historia de más de cuatro siglos de Nacimiento, nos muestra que somos una comunidad muy amplia, que tiene raíces en las civilizaciones precolombinas, la irrupción europea trastocó la historia, el choque de dos identidades con pocos elementos en común, modificó el modo de ser de ambos grupos, configurando la nueva identidad mestiza. El descubrimiento del Nuevo Mundo, marcó un hito en la historia de la humanidad. Todo un continente se moviliza desde la vieja Europa a colonizar estas tierras, impregnándolas con sus tradiciones, costumbres, idiomas y mezclándose en el surgimiento de una nueva raza. Lo que hoy somos, casi como el producto de la fantasía sucedió en esta región hace ya más de 4oo años, como resultado de la audacia de los conquistadores y la pujante y tesonera fuerza de los caciques araucanos. Fue aquí donde la lanza y la espada se encontraron para formar un nuevo pueblo.
"Los pueblos que no conocen su historia, sus errores y sus aciertos, pierden conciencia de sus destinos y los que se apoyan en las tumbas gloriosas de sus antepasados, son los que mejor preparan el porvenir".
Te invito a conocer nuestra historia, eres bienvenido.

martes, 22 de noviembre de 2011

lunes, 14 de noviembre de 2011

CARTA ENVIADA POR LOS VECINOS DE NACIMIENTO A SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DON JOSÉ JOAQUIN PEREZ

El acta dice lo siguiente:  “Los vecinos de Nacimiento que suscriben, penetrados de la importancia del pensamiento de Vuestra Señoría, ha concebido de adelantar la línea de la frontera hasta Malleco, encargando de las realizaciones de esta idea al señor don Cornelio Saavedra, a quién por diversos títulos estamos adheridos con toda nuestra voluntad y que solo su nombramiento presagia el mejor éxito de tamaña empresa, cuyos resultados harán la prosperidad de estos pueblos y tal vez del país entero, nos apresuramos a expresar a Vuestra  Excelencia  por el órgano del señor intendente de la provincia nuestra profunda gratitud.”
Dios guarde a Vuestra Excelencia: Eulogio  Benavente, José Bartolomé Sepúlveda, Andrés Campos ,Rosauro Diaz, Manuel Terán Villagrán, José Bunster, José del C. Carrillo, Juan Grandt, Francisco Fernández, José Antonio Roa, Pablo Lagniel, Carlos Onfray, Lorenzo Leyton, José Salvador Rubio, Pedro Joni, J. C. Morales, Pascual Cid, Daniel Sepúlveda, Pedro Cartez, Martín R. Bunster, Juan Palma, José Navarro, Domingo de la Maza, José Sinforoso Rubio, Alejandro Mondaca, Juan N. Hayley, José Antonio Melo Riquelme, José Manuel Villagra, José Salvador 2° Rubio, Manuel Antonio Cid, Rudecindo  Elgueta , Buenaventura Ruíz, Juan de Mata Ruíz, José Miguel Elgueta, Juan Troncoso, Joaquín 2° Rojas, Pedro L. Brun, Francisco Calderón, José Antonio Robles, Amador Moreira, José Miguel Conejero, Pedro S. Herrera, Julián Gaete, Tiburcio Villagra, José Manuel Alarcón, José Benito Ovalle, Telésforo Rocha, Jervacio Sanhueza, Ramón Jofré, F. Cantalicio Díaz, José María Ruíz Anguita y José Leoncio Cadena.
Fuente: “Historia de la Civilización de la Araucanía”
 Autor: Tomás Guevara.
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martes, 18 de octubre de 2011

CAPTURA DEL TRANSPORTE “RIMAC”, 23 DE JULIO DE 1879


       El “Huáscar” y la “Unión”, cumpliendo con su misión en la madrugada del 23 de julio de 1879, sorprenden poco más al norte de Taltal, sin ningún resguardo al transporte chileno “Rimac” que llevaba a  bordo con destino a Antofagasta al regimiento “Carabineros de Yungay” de 258 plazas incluido quince jefes y oficiales, su comandante era el teniente coronel don Manuel Bulnes Pinto, hijo del ex presidente de Chile y héroe de Yungay en la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, Manuel Bulnes Prieto, también componía el cuerpo de oficiales de este regimiento otro hijo del héroe de Yungay el sargento mayor don Wenceslao Bulnes Pinto, el transporte apresado traía 215 caballos del regimiento, una gran cantidad de carbón, armamento , proyectiles, forraje, etc. La caza duró cuatro horas aproximadamente y el capitán del buque era  don Pedro Lautroup, según el parte de guerra del capitán de navío don Miguel Grau.
            Según el corresponsal del diario “El Comercio”, otro testigo presencial de la entrada del transporte “Rimac” a Arica aquella mañana del 25 de julio de 1879, describe el acontecimiento señalando que el buque chileno entra al fondeadero del puerto a las 9:30 Hrs. A.M., escoltado por el monitor “Huáscar” seguido por la corbeta “Unión” se izó la bandera  de Chile  invertida con su estrella hacia abajo y sobre esta estaba el pabellón rojiblanco del Perú, según el corresponsal del periódico limeño, al anunciarse la entrada del buque prisionero, se dispararon salvas de honor para las tripulaciones de los buques peruanos que regresaban triunfantes de la incursión a las costas antofagastinas, se echaron las campanas al vuelo en señal de victoria, la población se arremolinó en el muelle saludando a los buques victoriosos con pañuelos blancos, muchas banderas bicolores del Perú y en menor número se vieron algunas banderas de Bolivia, el pueblo y muchos soldados de franco se agolpaban en el desembarcadero con la curiosidad de ver descender a los temidos chilenos, que la propaganda  los presentaba como “hordas bárbaras de araucanos” dispuestas a cualquier ultraje, la espera de los curiosos para ver a los prisioneros fue aproximadamente de tres horas, fue larga pero no tediosa, ya que se desembarcaron primero la caballada que era de primerísima calidad, llamando la atención en particular de la oficialidad aliada, para algunos este hecho constituyó un agravio más que se les quiso inferir a los chilenos, al hacer descender el ganado antes que los prisioneros. Para los expectantes ariqueños , la sorpresa fue mayúscula cuando vieron desembarcar a los prisioneros en perfecto orden y disciplina,  pero siempre bajo la atenta vigilancia de sus aprehensores, el regimiento “Carabineros de Yungay”, considerado un cuerpo de elite lucía los vistosos uniformes de la caballería chilena, los marinos iban ataviados de sus uniformes de parada, lo que había sido autorizado por el comandante provisorio del “Rimac”, capitán de fragata de la Armada del Perú don Manuel  Melitón Carvajal; los prisioneros con mucha dignidad encabezados por su jefe el comandante don Manuel Bulnes tomaban formación en el sector de la marina como si fuesen a presentarse a una parada militar, no bubo insultos ni injurias por parte de los curiosos ariqueños, si se escuchaban muchos vivas al Perú, vivas  a Bolivia, vivas al capitán Grau y sus marinos. Los prisioneros fueron conducidos al interior del recinto de la Aduana, donde pasó revista a la formación de prisioneros el Supremo  Director de la Guerra, el general Mariano Ignacio Prado, concluida la cuenta se ordenó trasladar a los prisioneros, soldados de caballería, al cuartel “San Francisco”, la marinería fue repartida en varios recintos de reclusión, la oficialidad se le destinó al cuartel de la Guardia de Honor del Supremo Director de la Guerra, a los comandantes Bulnes y los jefes navales, Lautroup y Gana se les detuvo en el  hotel “Colón” con cortesía pero con estricta vigilancia.
Fuente: Bajo el Brillo del Corvo y el Sonar del Clarín, La Batalla de Arica.
Autor: Hernán Lagos Zúñiga.
Nota: Cabe mencionar que el nacimentano don Juan Ramón Terán,  pertenecía al regimiento de caballería “Carabineros de Yungay”.
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lunes, 17 de octubre de 2011

ORELLIE ANTOINE DE TOUNNENS, EL REY DE LA ARAUCANÍA

           
            Nació en la localidad de la Chaise, departamento  de la  Dordoña, Francia el 12 de mayo de 1825. Hijo de padres campesinos. De su juventud no se conservan mayores noticias. En esa época, según recuerda en sus memorias, inició lecturas de viajeros llenando su tediosa vida con la ilusión de emular sus aventuras y la peregrina idea imperialista de “reunir las repúblicas hispanoamericanas bajo el nombre de una confederación manárquica constitucional dividida en diecisiete estados”
            E n agosto de 1858 se encontraba en Coquimbo. Durante los dos años siguientes, aprendió el idioma castellano y se relacionó con logias masónicas de Valparaíso, lo que le permitió definir el territorio desde el cual iba a iniciar su afiebrada “labor imperial”.
            De los territorios sudamericanos que en esa  época aparecían  sin una dominación efectiva, fijó su atención en La Araucanía, donde sus habitantes naturales habían rechazado por siglos a la autoridad española y chilena. Creyó que ahí podían ser acogidas sus aspiraciones monárquicas.
            En octubre de 1860, Tounnens se trasladó a La Araucanía, iniciando su viaje desde el puerto de Valdivia al interior, junto a un grupo de comerciantes franceses. Consiguió el permiso del cacique Quilapán para internarse en sus tierras, prohibida para los chilenos, siendo acompañado de un mocetón e intérprete y dos franceses. La impresión de los mapuches debió ser mayúscula al ver llegar a un hombre de figura maciza, vestido con traje, pero poncho como los suyos y con la idea de que ellos lo nombraran  Rey.
            Tounnens encontró la manera de convencer a los mapuches y a un mes de haber llegado al territorio araucano decretó el nacimiento de la primera monarquía constitucional y hereditaria de La Araucanía.
            Según la interpretación del biógrafo Armando Braun Menéndez, los caciques lo aceptaron debido a que en él veían el símbolo de la resistencia frente al Estado  chileno.  Asimismo, por una leyenda mesiánica, influida por su cristianización colonial, que decía que la guerra y la esclavitud terminarían el día en que llegara un hombre blanco a la región.
            A su proclamación como Rey, muy pronto siguieron la promulgación de la Constitución de la Monarquía, su difusión en varios periódicos y las cartas de aviso al gobierno de Manuel Montt.
            El 20 de noviembre de 1860 decidió además incorporar la Patagonia a su reino, fijando los  límites de la Monarquía en el Biobío por el norte, la costa del Pacífico por el este, la costa atlántica desde el río Negro al sur por el oeste y el Estrecho de Magallanes por el sur.
            Orellie se trasladó a Valparaíso a dar a conocer su monarquía, a la que denominó “La Nueva Francia”, pero sus amigos franceses, quienes debieron haber sido sus mayores consejeros, se rieron de sus ocurrencias y pasado un año ninguna autoridad lo recibió.
            Regresó a La Araucanía en diciembre de 1861 y se dedicó a entrevistarse con distintos indígenas, a quienes ofreció su ayuda para defender la frontera norte a cambio de su adhesión a él. El alboroto generado provocó cierta preocupación  en la Intendencia de Arauco, por cuanto no eran lejanos los levantamientos indígenas de 1859.
            Las autoridades chilenas pusieron precio a su cabeza. Fue un criado quién lo entregó en enero de 1862, a orillas del río Malleco. Fue sometido a juicio en Nacimiento por el comandante de esa plaza, Manuel  A. Faes. El  7 de enero fue trasladado a Los Ángeles, e interrogado por el Intendente de Arauco, coronel Cornelio Saavedra. Durante el juicio enfermó de disentería y se le cayó el cabello. Acusado de perturbador del orden público, fue condenado en primera instancia a 10 años de cárcel.
            E n julio de 1862 el juez Matus sobreseyó la causa y lo sentenció a ser recluido en la Casa de Orates de Santiago, ciudad a la que llegó solo en octubre de ese año. Allí fue liberado gracias a la intervención del cónsul francés Henri Cazotte, quién lo envió a Europa.
            Durante  6 años Tounnens hizo propaganda en Europa a su acción en América, interesando a gobiernos y capitalistas en financiar una segunda etapa de su reino de La Araucanía. Logró la ayuda de un tal M. Planchu, con el cual llegó a Chile a finales de 1869.
            Pero la situación en La Araucanía había cambiado luego de su ausencia de 9 años. El estado chileno decidió acelerar sus planes de ocupar el territorio y dominar a los indígenas. Es así como los caciques que antes lo habían apoyado, vieron reducidas sus fuerzas; el supuesto Rey tampoco tenía los recursos para enfrentar los ejércitos chilenos. No tuvo la acogida esperada, por lo que decidió trasladarse a Buenos Aires, llegando allí en julio de 1871.
            Su extraña aventura americana había terminado en el más completo descrédito, por lo que volvió a Francia. No por ello desistió de sus  propósitos. Dos veces más intentó regresar a América, en 1874 y 1876, pero sólo llegó hasta Argentina, siendo forzado a retornar a Europa.
            Tounnens instaló su Corte  Real en un departamento en París, donde recibía a los curiosos junto a sus ministros. Estos a cambio de títulos de  nobleza de Monarquía Araucana, financiaban la vida del Rey en el exilio. Sus amigos terminaron por conseguirle un modesto empleo municipal. Tounnens falleció en París el 19 de septiembre de 1878.
            Orellie llegó a tener un himno, compuesto por Guillermo Frich, en Valdivia en 1864 y monedas de peso  acuñadas en plata el año 1874. El príncipe Felipe en 1996, fue uno de los últimos descendientes, miembros de su familia.
Fuente: Grandes Biografías, Figuras de la Historia de Chile de Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales  e Isabel Torres Dujisín.
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sábado, 15 de octubre de 2011

LA MONTONERA DE LOS PINCHEIRA

LOS HERMANOS PINCHEIRA
¿ BANDIDOS O REALISTAS?
            Si bien las acciones de la Guerra de la Independencia habían terminado en la Zona Central del país, en el Sur se mantuvo una enconada resistencia al gobierno republicano, hasta el año 1832, por parte de un grupo de personas que decían defender los derechos del Rey. A esta se la ha llamado  “La Guerra a Muerte”.
            En realidad esta no tenía objetivos claros en lo político, pues se trataba de montoneras que  atacaban diversos pueblos y realizaban todo tipo de actos delictuales.
            Gran notoriedad en este tipo de actividades alcanzaron los hermanos  Antonio, Santos, Pablo y José Antonio Pincheira. Inicialmente podrían haber sido considerados como una montonera realista, pero sus acciones los fueron convirtiendo paulatinamente en una banda de delincuentes
            La montonera  de los Pincheira estaba integrada por aproximadamente 400 hombres. Realizaban sus correrías en La Cordillera de los Andes y en los valles aledaños, llegando incluso hasta San Luis, en Argentina. Tras sus asaltos _ caracterizados por los asesinatos, el cuatrerismo, el rapto de mujeres y otros actos de extrema crueldad_partían a su refugio. Se cuenta que entre sus acciones se encontraba el descuartizamiento de niños y el asesinato de ancianos.
            Tras un asalto en la ciudad de Linares, realizado después de que la banda recibió un “refuerzo” de 80 soldados desertores, degollaron a todos los  hombres incluyendo al Gobernador  y se llevaron a las mujeres.
            En 1824 asaltaron Neuquén, donde encerraron en la capilla a 14 mujeres ancianas y luego incendiaron el pueblo.
            Los gobiernos de la época dispusieron el envío de tropas para lograr su captura, pero no se obtenían los resultados esperados y como represalia, los Pincheira redoblaban sus acciones. En una de esas batidas (1827) Antonio Pincheira resultó muerto. Ello implicó un cierto grado de desbande del grupo, el que luego fue recompuesto por sus hermanos, ahora liderados por José Antonio.
            En 1827 el gobierno a través del coronel Jorge Beauchef_trató de llegar a un acuerdo pacífico con los bandidos, pero sus propuestas fueron rechazadas.Solo bajo el mandato de José Joaquín Prieto se logró poner fin a sus correrías. En enero de 1832 un fuerte contingente militar al mando de don Manuel Bulnes Prieto, salió desde Chillán en su búsqueda y los sorprendió en las cercanías de su refugio. La batalla fue sangrienta y en ella murieron alrededor de 200 montoneros, lográndose rescatar a un numeroso grupo de mujeres y niños cautivos.

Fuente: “Grandes Biografías, Figuras de la Historia de Chile” Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales  e Isabel Torres Dujisín.
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lunes, 12 de septiembre de 2011

ACTA OFICIAL LEÍDA EN NACIMIENTO EN 1810

                                  
            El cabildo abierto del 18 de septiembre de 1810, culminó con la formación de la Junta Nacional de Gobierno ese mismo día. Nacimiento tuvo noticias de este importante acontecimiento el 11 de noviembre de 1810.
            “En la plaza de Nacimiento, don Santiago de Tirapegui y Salas, teniente de Dragones de esta frontera, comandante militar y juez político de ella y su jurisdicción, en obedecimiento de superior orden de fecha 20 de septiembre pasado, del Excelentísimo Presidente de la Excelentísima Junta Provisional de Gobierno, que transcribe en circular a la plaza de esta frontera, con fecha 22 de octubre último, el señor Comandante General de las Armas interino de la Provincia, el teniente coronel de los reales ejércitos, don Pedro José Benavente, hizo formar las tropas de la guarnición a las nueve y media de la mañana de este día y habiéndose leído el acta que acompaña aquél superior oficio, se le interrogó por mí: ¿Juráis a Dios y prometéis a la Excelentísima Junta Provisional de Gobierno, instalada en la capital para conservación de estos dominios al señor don  Fernando VII, a quién está sujeto y reconocerá el Supremo Concejo de Regencia, obedecedles fieles, hasta perder la última gota de vuestra sangre en defensa de la religión, patria y estado?, respondieron todos: ¡Si, lo prometemos! Y hallándose presente el cura capellán Real de la plaza, les dijo: “Por obligación de mi ministerio, ruego a Dios que a cada uno le acuda, si cumple lo que jura, y si no, se lo demande;” a lo que siguió diciendo el referido comandante; pues en señal de que así lo cumpliréis preparen armas… apunten… ¡Fuego! y ejecutada la descarga dijeron todos a una vez ¡Viva la Excelentísima Junta Provisional y viva su Presidente a nombre del Rey!.
            Se ejecutó otra descarga  y se tiraron algunas monedas para los concurrentes que eran todos los pobladores de esta villa, concluyó el acto que pongo por diligencia, firmado para mayor constancia en el mismo día de la fecha por el cura capellán don José María Terán de los Ríos, y su ayudante don Gregorio Sandoval.
            Por mí y ante mí: Santiago de Tirapegui y Salas.
            En esa misma fecha y con el mismo motivo, se leyó el acta en la plaza de Los Angeles y fue firmada por el subdelegado de la Laja don Bernardo O’Higgins Riquelme.”

Fuente:" La Historia de Nacimiento", Ramón Navarrete Stagg.


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Buenaventura Ruíz Guzmán

    BUENAVENTURA  RUÍZ  GUZMÁN

Nació en Nacimiento entre 1795 y 1799. Hijo de Buenaventura Ruíz y Jesús  Guzmán. En 1813 ingresó al Ejército Patriota como Capitán de Milicias y participó en las campañas de la Patria Vieja hasta 1814.
En 1818 ascendió a Teniente Graduado del Regimiento “Cazadores de la Escolta Directorial” y luchó en la batalla de Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818.
Luchó en la batalla de Maipú el 5 de abril de 1818 y luego de esta batalla se le encomendó el fusilamiento del desertor Vicente Benavides Llanos.
En 1821 ascendió a Capitán y en 1826 ascendió a Sargento Mayor.
Al estallar la Guerra Civil de 1829, en que se enfrentaron los bandos antagonistas liderados por don Ramón Freire Serrano y por el otro lado don José Joaquín Prieto Vial, Ruíz apoya a su amigo y camarada el general   Freire,  siendo derrados en  Lircay el 17 de abril de 1830.  A consecuencia de esta derrota,  el 22 de abril de ese mismo año fue dado de baja del ejército con el grado de Sargento Mayor.
Desde ese momento Buenaventura Ruíz Guzmán se radica en su pueblo natal  Nacimiento. 

 En 1839 se casa con María del Carmen Saavedra Rodriguez (hija de Manuel Saavedra  Saavedra y Josefa Rodriguez Salcedo), con quién tuvo 9 hijos: Juan, María Andrómaca, Querubín, Epímaco, Eurípides, Benjamín, Manuela del Carmen, Matilde y Domitila. 

Falleció en Nacimiento en 1871.

Según el historiador don Benjamín Vicuña Mackenna, Buenaventura Ruiz fue uno de los más grandes patriotas nacidos en nuestra comuna.( Tatarabuelo de Juan Molina de la Barra, conocido vecino de Nacimiento).

Nota: Andrómaca Ruíz Saavedra casó con José Esteban de la Barra Casanova, su hijo Federico de la Barra Ruiz se casó con doña Daría Ruiz Saavedra, a su vez su hija María Herminia Zoila de la Barra  se casó con don Juan Luis Molina, padres de Juan Molina de la Barra.

Biografía obtenida gracias gentileza del  Profesor de Estado, Licenciado en Historia don Manuel Espinoza Llanca.


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martes, 6 de septiembre de 2011

JOSÉ GASPAR RUIZ Y BASAGUREN



Nació en Valdivia en 1765. Hijo de José Ruíz de Berecedo Morales y de María Ignacia Basaguren Eslava.
El 9 de agosto de 1792 ascendió a Teniente del batallón “Dragones de la Frontera” y participó en las campañas de la Araucanía.
Abrazó la causa de la Independencia y en 1813 era Capitán del escuadrón “Dragones de la Patria” y Comandante de Armas de Los Ángeles, participando como vocal para la elección de Diputados por la Isla del Laja, resultando elegido don Bernardo O´Higgins Riquelme.
Luchó en la batalla de Rancagua el 1° y 2 de octubre de 1813, fue tomado prisionero por los realistas y fue desterrado a la isla Juan Fernández. Recuperó la libertad en 1817 y se reincorporó al servicio.
Participó en las campañas de la “Guerra a Muerte” como Teniente Coronel Graduado y luchó heroicamente en el combate de Tarpellanca el 26 de septiembre de 1820.
Luego de esta acción fue tomado prisionero  junto al General Pedro Andrés del Alcázar por  el bandido  y montonero Vicente Benavides Llanos  y  fue asesinado bárbaramente en Yumbel el 28 de septiembre de 1820.
Casó con Juana López, teniendo un hijo (José María Ruíz López). 
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sábado, 3 de septiembre de 2011

Poema

A LA MEMORIA DE UN AMIGO

En aras de la patria idolatrada
Corrió a ofrecer su generosa vida,
Y digno de su estirpe y de su espada
Miró al morir su aspiración cumplida.
Cuando venga la madre  desolada,
Por el hijo a llorar entristecida,
El llanto que derrame a su memoria,
Hará crecer las flores de su gloria.   
José Antonio Soffia
Leída en el funeral de un héroe de la Guerra del Pacífico


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jueves, 1 de septiembre de 2011

DON JOSÉ DOMINGO TERÁN GALLARDO, Héroe de la Guerra del Pacífico, 1879-1884


             Don José Domingo Terán, nació en la comuna de Nacimiento el año 1852, hijo de una de las familias más antiguas de la zona, activos participantes de la formación de la República. Su padre, don José María Terán y su madre doña Fermina Gallardo. Casado con doña Isabel Morales.
Demostrando sus aptitudes académicas, su padre lo envía a estudiar a la ciudad de Concepción. Aprueba satisfactoriamente y empieza a ejercer la docencia en  Talca. 
Al estallar la Guerra del Pacífico en 1879, se le encarga al teniente coronel don Pedro Lagos formar un batallón dando paso al glorioso Regimiento Santiago 5° de Línea. En su gran mayoría a los oficiales y plana mayor el coronel Lagos los elige en la Región del Biobío.
El joven José Domingo ingresó al Regimiento 5° de Línea  como subteniente el 17 de marzo de 1879.
Desembarca en Antofagasta a la espera de las primeras acciones bélicas, destaca en los combates de Quillagua el 10 de octubre de 1879 y Cerro  Los Ángeles el 22 de marzo de 1880.
 El 22 de abril de 1880 ascendió Teniente. El 26 de mayo en la Batalla de Tacna también llamada Alto de la Alianza, es herido gravemente y creyendo que podría morir, empapa un pañuelo con su sangre y exclama, “Entréguenselo a mi familia y díganles que muero luchando por mi patria”.
Recuperado de sus heridas es ascendido a Capitán el 23 de septiembre de 1880. Participa en las batallas de Chorrillos el 13 de enero de 1881 y Miraflores el 15 de enero del mismo año.
Posteriormente el Ejército de Chile hace su entrada triunfal a Lima.
El Regimiento Santiago es enviado a la Campaña de la Sierra, donde el capitán Terán, cumple un rol fundamental, destacándose siempre por su valentía, honor y patriotismo en innumerables combates, escaramuzas y emboscadas del  Ejército Peruano. Su temple es reconocido por sus superiores en informes al Alto Mando. El 14 de enero de 1882 fue nombrado Ayudante de la Comandancia de Armas de Talca.
Después de resistir muchas batallas y por un hecho involuntario que padecieron miles de soldados durante la Guerra del Pacífico, las enfermedades del tifus y la fiebre amarilla, entre otras, el ya ascendido a Mayor don José  Domingo Terán Gallardo, fallece en  Talca el 23 de julio de 1883, enfermo de tifus, dejando el legado de su sacrificio y amor a la patria a su familia y a su comuna.
Esta es la historia de un héroe, de un joven que deja padres, hermanos y esposa para acudir al llamado de su patria, defenderla con su vida y grabar con sangre el nombre de Chile en las arenas del desierto.
Es la vida de un hijo ilustre de Nacimiento, que combate 4 años en la Guerra del Pacífico, es un ejemplo para nuevas generaciones de los hombres y mujeres que sacrificaron su vida, legándonos soberanía, las riquezas del salitre y el cobre  y el orgullo de ser nacimentanos y chilenos.  
Fuente: "El Álbum de la Gloria de Chile"
Autor: Benjamín Vicuña Mackenna.
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miércoles, 31 de agosto de 2011

EL CACIQUE LORENZO KOLIPÍ

Relato de su primo Lorenzo Kolimán
Lorenzo Kolipí  fue el cacique más poderoso de los abajinos, cuando gritaba para dar órdenes nadie le contradecía, peleaba con mucho valor y en muy buenos caballos.
         Además de sus riquezas tomaba lo que necesitaba desde Angol hasta Remehueico, poseía las más grandes yeguadas, manejaba plateros y pelloneros. Tenía un cuarto lleno de objetos de plata y sólo entraban en él dos de sus veinticuatro mujeres.
            En Nacimiento, Los Angeles y en todas las guarniciones lo recibían con honores, pues Kolipí ayudó a los patriotas, él fue partidario de ellos desde el principio.
            Aunque Kolipí tenía traje de general, a Santiago iba vestido de mapuche, con muy bonitas mantas y bien plateada su montura.
            Viajaba acompañado de sus mocetones, se alojaba en un convento de sacerdotes y visitaba al presidente Bulnes, éste general era su amigo, le daba la mano y le hacía regalos. Cuando volvía de Santiago la gente de sus tierras salían a encontrarlo, le llevaban muchos regalos  y gallinas fiambres, le saludaban con respeto y algunos lloraban al verlo regresar sin novedad, él les contaba de su viaje y las ventajas que había obtenido.
            Su numerosa familia le daba autoridad, también el auxilio que le prestaban los militares.
            Tenía una enemistad terrible con Mariluan y con Mangin, caciques arribanos, se daban grandes malones y durante un tiempo tuvo que esconderse, pero cuando fueron ganando los patriotas y hubo República, Kolipí empezó a vengarse.
            Uno de sus numerosos hijos, Llanquilef o Juan Kolipí, era teniente del Carampangue y fue a la guerra contra la Confederación Peru-Boliviana, con el general Bulnes, el año 1839. Se distinguió por el valor extraordinario que desplegó en la defensa de los puentes Llaclla y Buin.
            Uno de sus hermanos, José Pinolevi o Pichi Pinolevi, aprendió a leer y escribir con los sacerdotes en Nacimiento donde residía con frecuencia, porque tenía casa de tejas y gozaba de sueldo del gobierno para que ayudase al ejército. En el año 1862 se le pagaban $15 mensuales.
            Dicen que Mangin mandó a matar a Kolipí por brujería, otros creen que enfermó de tifus y murió en el año 1850. Sus mujeres y parientes lo lloraron sin consuelo, de Nacimiento fueron algunos oficiales a darle el pésame a los deudos.
            Su hijo mayor, Pedro Kolipí fue el heredero del cacicazgo.

Extracto del libro: “Las ultimas familias y costumbres araucanas”, tomo VII.
Autor: Tomás Guevara.


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domingo, 28 de agosto de 2011

LEONIDAS EHIJOS GALLEGOS, VETERANO DE LA GUERRA DEL PACÍFICO, 1879-1884

           Nacido en Nacimiento, sector Monterrey, hijo de don José Antonio Ehijos y de doña María del Pilar Gallegos, casado con doña Dionisia Gallegos.
            El 22 de junio de 1883, a la edad de 14 años ingresa al Regimiento 3o de Línea, participando en diversas expediciones en la Campaña de las Sierras hasta el 15 de agosto de 1884.
            Don Leonidas  Ehijos muere por enfermedad natural el  11 de mayo de 1937. Fue sepultado en el mausoleo de Suboficiales del Ejército en el Cementerio General de Santiago.


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EUSEBIO RUÍZ GUZMÁN (BIOGRAFÍA ESCRITA POR DON BENJAMÍN VICUÑA MACKENNA.)

           Había visto la luz en Nacimiento, madriguera de leones, antes que población de pacíficos colonos. A los 15 años tomó las armas alistándose como soldado distinguido en el cuerpo de Cazadores a Caballo, que mandaba el Coronel Freire en 1817 y en el que servía como teniente, su hermano Buenaventura Ruiz, otra de las lanzas que han dado nombre a Nacimiento. Participó en todos los encuentros, que en aquel año nos hicieron dueños de la raya del Biobío, conquistando cada uno de sus fuertes que protegen sus vados, a filo de sable. Penetró uno de los primeros en la plaza de Nacimiento el 13 de mayo de aquel año; apoderándose en seguida de Santa Juana, bajo las ordenes del valiente José Cienfuegos, llamado vulgarmente “el Tacho”  por la ronquera de su voz. Se cuenta que en uno de estos ataques, el inexperto recluta del Cazadores echó el cartucho en la carabina con la bala en el fondo, por lo que el tiro no salió, reconviniéndole en el acto su jefe inmediato, que era entonces el Capitán don Salvador Puga, la respuesta de Ruiz fue tirar la carabina al suelo y desnudar el sable exclamando: ¡Esta es el arma de los bravos! , y se arrojó en medio de las filas enemigas.
                Durante la campaña de 1818, Ruiz confirmó su valor con su sangre, protegiendo la retirada del ejército, recibió una lanzada en las llanuras de Quechereguas, que él se hizo pagar a sus anchas, en la planicie de Espejo, pocos días más tarde. Sabido es que su cuerpo, con Freire a la cabeza, rompió al fin el cuadro de Burgos en la derrota de Maipo.
                De las batallas en que el joven Ruiz peleaba como jinete, pasó a los encuentros en el mar. Embarcado con Lord Cochrane en 1819, en la Expedición Libertadora del Perú, se encontró en el asalto de Pisco y en el combate de la Puna a la entrada del rio Guayaquil, donde fue herido de bala. Un año después volvemos a encontrarlo en el sur, recibiendo otra herida de lanza en un encuentro (29 de diciembre de 1820), en el que su bravura dejó atónitos a sus soldados y  a los enemigos que lo acosaban. Baleado su caballo en un encuentro con las tropas de Vicente Benavides, en la vecindad de Chillán, rodeado de un enjambre de indios que le asestaban sus lanzas, mientras sus compañeros iban a rehacerse a corta distancia para emprender una nueva carga. Defendiéndose Ruiz con increíble destreza durante muchos minutos con su lanza y cuando los suyos llegaron a rescatarle, le encontraron todavía en pie con el cuello atravesado de una herida, única lesión que había recibido.
                Durante todo el año 1821 sirvió bajo las ordenes de un oficial digno de mandar a tan valeroso soldado, el Capitán don Manuel Bulnes Prieto. A su lado recibió dos heridas de lanza  en las vegas de Mulchén, habiéndose internado hasta las márgenes del Cautín, en el corazón de la Araucanía. Desde aquí se adelantó hasta Valdivia con cien Cazadores y trescientos indios aliados, permaneciendo un año entero vagando en las fragosidades de aquellas comarcas, que resonaban con el terror de su nombre. Durante toda esta terrible campaña, estuvo interceptado por el enemigo y cuando se presentó de nuevo sobre el Biobío, con su tropa destrozada por la intemperie y los combates, parecía el jefe de una infernal corte de macilentos espectros.
                Antes de cerrarse la era de los combates de la Independencia, Ruiz volvió a recibir el fuego de los enemigos de su patria. Una de las últimas balas que se dispararon en las fronteras por los fusiles realistas, le hirió en un brazo, durante un encuentro que sostuvo en Arauco al lado del valeroso Coronel Picarte. “Tenía fama de valiente, dice uno de los émulos de aquella época y con mucha justicia por su arrojo en los combates”. Lleno de cicatrices y con la nombradía de un bravo sin segundo, residía Eusebio Ruiz en Concepción cuando estalló la revolución de 1829. En el acto toma partido en el bando que acaudillaba su antiguo Coronel Freire, y sin más prestigio que el de su nombre, se puso a  la cabeza de una compañía de Cazadores a Caballo que logró seducir en el pueblo de Yumbel, entra con ellos a Concepción, pone en arresto al Coronel Cruz, que mandaba aquella plaza y a quien sorprende en su cuartel y después de reunir considerables fuerzas de milicias, marcha en auxilio del Coronel Viel, que sitiaba Chillán con las tropas constitucionales. En una de las salidas que hizo la caballería veterana de la plaza sitiada, compuestas de ciento cincuenta Húsares, Ruiz montado en un soberbio caballo mulato llamado el Moro, cargó con sus cazadores y en el entrevero, trajo al suelo con su propio sable a once de sus contrarios.
                El desastre de Lircay envolvió a Ruíz, como a tantos otros leales soldados de Chile y habiendo emigrado al Perú, arrastró durante muchos años una existencia errante y azarosa. Encontrándose por acaso en Santiago diez años más tarde, se le designó oficialmente como una de las victimas de aquella inicua trama de rufianes, que se ha llamado “golpe de Estado” y que es conocido con el nombre de la farsa de Bazán y Bizama. Ruíz fue procesado con el senador Benavente, el comandante de la guardia cívica  Aldunate y otros ciudadanos acusados de haber atentado contra el general Bulnes, a quién se quería hacer mártir, para convertirle mediante el estado de sitio, en presidente de la República .Absuelto en esta causa, volvió a su vida peregrina sobrellevando con ánimo, los contratiempos de su mala estrella política, cuya luz siguió hasta el heroico y lastimero lance que puso fin a sus días .Sabemos solo de los diez últimos años de su existencia y que habiendo acumulado con su industria y ahorros una pequeña fortuna, se había retirado a vivir tranquilamente a su pueblo natal Nacimiento.
                Le encontró ahí la noticia del levantamiento de Concepción, que por cierto, no era para él un misterio. En efecto, montó a caballo y se dirigió a Los Angeles para ponerse de acuerdo con Urízar, a fin de sujetar el escuadrón de Cazadores, que estaba a las órdenes de Venegas. Más por desgracia, aquellos iban en marcha  hacia Chillán, después de haber burlado los esfuerzos de Urízar por retenerlos. Ruíz sin embargo, no vaciló en seguirlos  y después de haberse puesto de acuerdo con Pradel, galopó catorce  leguas hasta darles alcance cerca de Cholguán, donde se puso al habla con Venegas. Contestó este con palabras evasivas solamente y aunque algunos soldados quisieron regresar con él, no lo consintió, a menos que no volviese todo el escuadrón. Cuando regresó a Los Angeles y dio aviso a Pradel del mal éxito de su empeño, el generoso soldado se contentó con decir,”No importa tengo catorce mil pesos que consagrar a la Patria y no nos harán falta los Cazadores”.  
Se marchó a los pueblos avanzados de la frontera, como Nacimiento, Santa Juana y Arauco, reunió las milicias, eligió los soldados mas a propósito para la guerra y se dio tanta prisa en sus aprestos que a fines de septiembre, tenía reunido un lucido regimiento de trescientos lanceros, todos voluntarios .Se enviaron a este cuerpo todas las corazas que existían en Concepción, por lo que se le dio el  nombre de “Dragones de la Frontera”. El  19 de septiembre se había expedido el decreto por parte del intendente Félix Vicuña, de organización de aquellas fuerzas, nombrando coronel del regimiento a Ruíz, comandante al oficial veterano don Pedro Alarcón y sargento mayor al capitán Zapata, antiguo soldado de los Pincheira.                                      
                Era Eusebio Ruíz en 1851 un atlético anciano de rostro tostado, frente descubierta, pelo cano, nariz grande y aguileña, alto, fornido, con músculos de fierro  y un semblante entre terrible y severo. Temíanle mas que le amaban sus subalternos. Era incansable en los ejercicios de su profesión, pues no gustaba  tener ociosos a sus soldados. Dábales el ejemplo de la sobriedad en los campamentos y era de aquellos raros jefes que cuando dan en los campos de batalla la voz de atacar al enemigo, no dicen a sus filas, ¡Os sigo! sino  ¡Seguidme! Pasaba  entre sus superiores por insubordinado porque no conocía fila ni oía en los combates otro toque de los clarines que el que sonaba degüello o a la victoria. Podía acaso tildársele de cruel, porque sableaba sin piedad y con su propia mano; pero si su reputación de hombre se menoscaba con este juicio, su nombradía de soldado queda ilesa y más imponente todavía.
                El 8 de diciembre de 1851 en Loncomilla, el efecto fue desastroso; jinetes y caballos rodaron por tierra, la primera víctima, el hombre que siempre rechazó las retiradas Eusebio Ruiz, el bravo de Nacimiento.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Tomada del libro: Administración Montt, tomo IV”  
Autor: Benjamín Vicuña Mackenna.
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martes, 23 de agosto de 2011

GESTACIÓN DE LA EMANCIPACIÓN CHILENA E INCORPORACIÓN DE NACIMIENTO AL CHILE REPUBLICANO

        La diferencia de temperamentos entre criollos y españoles engendró una reciproca antipatía. Unos y otros se enlazaban por su fidelidad al Rey, pero se detestaban entre sí, se unieron a estos factores el ejemplo de la emancipación de otros países de América y la influencia de las ideas filosóficas francesas. Era de esperar que fermentara una potente ansia de libertad que los propios acontecimientos históricos precipitaron y ese fuego fue alimentado por la actitud de los propios españoles.
            A la invasión napoleónica  siguió un estado de incertidumbre tanto en España como en las colonias.
         En Chile, el primer paso fue el Cabildo abierto del 18 de septiembre de 1810, que culminó con la formación de la Junta de Gobierno ese mismo día. Este movimiento que originalmente planteó la defensa de los derechos del Rey cautivo, poco a poco fue derivando en una Revolución de Independencia. Una vez formada la junta, se dio a conocer a todo Chile, Nacimiento tuvo noticias de este acontecimiento el 11 de noviembre de 1810 y fue notificada a todos los ciudadanos por el Comandante del Fuerte, Teniente de Dragones don Santiago de Tirapegui y Salas.
            Las autoridades virreinales de Lima vieron con creciente preocupación el curso de los hechos y en 1813 decidieron que era la hora de actuar militarmente. Desde Perú salieron consecutivamente 3 expediciones militares comandadas por: Antonio Pareja, Gabino Gainza y Mariano Osorio, que lograron—gracias a la división de los revolucionarios—reincorporar al país a la monarquía entre 1814 y 1817.
            Mientras tanto en Mendoza, se organizaba el Ejército Libertador de Los Andes, fuerza militar que combatió en la cuesta de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817 y en la Batalla de Maipú el 5 de abril de 1818, consolidando definitivamente la Independencia de Chile.
            La plaza de Nacimiento, que estaba en poder de los españoles, fue incorporada al Chile libre en la mañana del 08 de mayo de 1817, por el Capitán don José Cienfuegos, acompañado de sus dragones y entre ellos los bravos nacimentanos Eusebio y Buenaventura Ruíz Guzmán.
Extracto del libro: La Historia de Nacimiento; Autor: Ramón Navarrete Stagg.
Sitio web: www.memoriachilena.cl.
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miércoles, 17 de agosto de 2011

MONUMENTO EN HOMENAJE A LOS HÉROES DE LA GUERRA DEL PACÍFICO DE LA PROVINCIA DE BIOBÍO CON MOTIVO DEL BICENTENARIO DE LA REPÚBLICA







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MAYO DE 1813, DOÑA ISABEL RIQUELME Y DOÑA ROSA O´HIGGINS SE ASILAN EN EL FUERTE DE NACIMIENTO

         Agosto de 1813. Durante las correrías que hizo O´Higgins por los desfiladeros de Quilquilemo, Gomero y Quilacoya en el camino de Rere a Huaqui y la batalla del Roble a orillas del Itata. Marchó después a Concepción con algunos destacamentos montados. No salía O´Higgins en busca del enemigo, sino en una cruzada intima y caballeresca. Se trataba de los seres que  amó con singular predilección, eran su madre doña Isabel Riquelme y Mesa y su hermana doña Rosita O´Higgins, asiladas en el Fuerte de Nacimiento desde mayo, cuando se produjo la toma de Los Ángeles por el Ejército Patriota, como represalia los Realistas saquearon e incendiaron la hacienda San José de las Canteras. La casa había sido construida hacia sólo dos años, además se llevaron el ganado vacuno y hasta las joyas de la familia.
O´Higgins les avisó que podían viajar a Concepción por Yumbel, más apenas se habían puesto en ruta, se le dijo  que Eleorreaga con una división de mil hombres, había salido de Chillán y avanzaba por el camino a Rere, sin duda se proponía reconquistar la frontera. Iba pues a interponerse en la marcha de su madre, era preciso acudir en su socorro, aunque no tuviese más que 300 hombres.
Se trabó el primer combate en la mañana del 2 de septiembre. Por la superioridad del número es atropellada en breve la columna, O´Higgins se retira combatiendo hasta el alto de Gomero, donde resiste hasta ser de nuevo arrollada, era el medio día, baja entonces la cuesta al galope, siendo uno de los últimos en retirarse, al saltar una zanja revienta la cincha de su montura y el caballo espantado le deja en el suelo, el enemigo venía ganando a toda prisa el terreno.
Sin duda caería prisionero, pero un valiente soldado resuelve darle su montura, ambos se salvan y se dirigen a Quilacoya, ya era la noche.
Eleorreaga tenía las mejores fuerzas del éjercito realista, parecía que tenían el don de multiplicarse pues en todas partes se les encuentra entre el Maule y la Frontera.
Pero O´Higgins tiene también a Benavente y Freire con otros 100 valientes que venían dese Concepción.
En la mañana de aquel día hubo 3 combates, en aquel tiempo los héroes nacían al brillar de los sables en la primera escaramuza de un encuentro.
La madre y la hermana habían sido  prisioneras en el camino de Nacimiento a Yumbel y conducidas a Chillán, donde fueron canjeadas por la mujer del general interino de los Realistas Juan Francisco Sánchez

              
 Extracto del Libro “El Ostracismo de O’Higgins”.
 Autor: Benjamín Vicuña Mackenna.

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domingo, 14 de agosto de 2011

MANUEL TERÁN VILLAGRÁN

       Nacido en Los Ángeles en 1807, hijo de Fermín Terán de los Ríos y de María del Rosario Villagrán. En 1819 ingresó  como soldado distinguido al regimiento “Cazadores a Caballo”, creado por el general don Ramón Freire Serrano, participando activamente en la captura de los bandidos y su montonera durante el período de la “Guerra a Muerte”. En el año 1827 ascendió a Teniente. En 1829 ascendió a Capitán y en 1830 ascendió a Sargento Mayor.

Se vio implicado involuntariamente  en el “Motín de Quillota”, el 4 de junio de 1837. Participó en la guerra contra la Confederación Perú-boliviana, como Capitán y luchó en el combate de Portada de Guías el 21 de agosto de 1838, en la batalla del Puente Buín el 6 de enero de 1839 y en la batalla de Yungay el 20 de enero de 1839

En el año 1843 fue elegido por una amplia mayoría en nuestra región, como Elector de Senadores, según consta en la Página de los Cuerpos Legislativos de Chile.

En 1849 era miembro del Cuerpo de Asamblea y en 1855 se retiró del ejército con el grado de Sargento Mayor Efectivo.

Era casado con doña Antonia Lavín Villagrán, dejando descendencia en nuestra comuna.

Falleció en Nacimiento en 1865.


Gentileza del profesor de Historia e Investigador don Manuel Espinoza Llanca.

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VICENTE BENAVIDES LLANOS

       El Bandido y Montonero Realista, Vicente Benavides Llanos, nació en Quirihue en 1777, hijo de Toribio Benavides y María Isabel Llanos.
En 1811 se enroló en las filas del ejército patrio, pero una vez iniciada la Guerra de Independencia, abandonó las fuerzas revolucionarias e ingresó en las monarquistas.
Fue capturado en el combate de "Membrillar", pero logró fugarse y reincorporarse a las filas realistas. Se encontró en la batalla de "Rancagua" en octubre de 1814 y obtuvo el grado de Subteniente. Durante la Patria Vieja organizó y encabezó un movimiento de resistencia.
Tras el triunfo patriota en "Chacabuco", partió hacia la Frontera con la intención de sublevar a los mapuches en contra del gobierno y apoyar a las fuerzas españolas que se encontraban en Talcahuano.
Participó en la batalla de"Maipú", donde nuevamente fue capturado y condenado a muerte, conmutándosele la pena por la de destierro en Mendoza. En el trayecto intentó fugarse y se le disparó, dándosele por muerto. Una ves recuperado se comunicó con el sacerdote que había logrado conmutarle la pena de muerte para que convenciera al general San Martín de sus rectas intenciones, sin embargo todo era un ardid y al ser enviado a la Frontera formó un cuerpo armado logrando contactarse con las fuerzas realistas de Chiloé. Enterado el Virrey del Perú, Joaquín Pezuela, le confirió el grado de Coronel. Después de todo fue un gran error de San Martín ponerlo en libertad para convertirlo en verdugo de los chilenos. Sumaba a sus condiciones de caudillo de montoneros, un sadismo sin freno.
Benavides organizó completamente a sus hombres e inició lo que se ha conocido como "La Guerra a Muerte", que se caracterizó por la ferocidad y crueldad con que actuaba. Según lo narrado por Lord Cochrane,"era un infame monstruo, cuando caía en sus manos alguna persona de influencia le cortaba la lengua y lo mutilaba de horribles maneras".
Logró derrotar al ejército de gobierno en "El Pangal"  y en "Tarpellanca", por esa fecha, octubre de 1821 las filas realistas sumaban 6.000 hombres. Tales fueron los desmanes que el gobernador don Ramón Freire, se desesperaba por hacer comprender a las autoridades, la enorme importancia de la campaña que había organizado el montonero con ayuda de mapuches y pehuenches.
Benavides no perdió ocasión de volver en ruinas los pueblos donde se acercaba, haciendo quemar cuantos podía (incluso Nacimiento). Era de esos seres anormales, en que la traición y la deslealtad forman parte integral de su ser.
Al mando de la "Guerrilla Realista de la Frontera", trató de retardar a toda costa el avance patriota, tanto al interior del país, como hacia el Virreinato del Perú, hasta donde se dirigía la Expedición Libertadora. Fue alternativamente traidor a una y otra causa, esto se debió a que en realidad lo suyo, no era la causa del Rey, sino fundamentalmente bandidaje.
Finalmente fue derrotado en las "Vegas de Saldías", traicionado por uno de sus hombres fue detenido por las autoridades y fue trasladado a Santiago, donde se le fusiló el 23 de febrero de 1822.
Tras la desaparición de Benavides los restos del ejército realista, pasaron a ser simplemente bandoleros.  
Esta "Guerra a Muerte" estaba lejos de terminar, pues aún quedaban los cuatro hermanos Pincheira, Juan Manuel Picó, Juan Antonio Ferrebú (el "Cura de Rere"),Vicente Antonio Bocardo, Dionisio y Juan de Dios Seguel, Miguel Senociains, Antonio Carrero, Pedro y Juan Francisco Sánchez, Mariano Ferrebú, Mateo Mainery, José Ignacio Neira, José María Zapata, Santos Alarcón, Pedro López y su hijo Nicolás, Vicente de Elizondo, Clemente González, Manuel Fuentes, Gervasio Alarcón,Agustín Rojas, Joaquin Mascareñas y otros conocidos por los apodos El Ñego, el Macheteado, el Machenga, el Terror,etc.
Extracto de los libros: “Estudios Históricos sobre Vicente Benavides y las Campañas del Sur",Autor:Diego Barros Arana.
“La Guerra a Muerte”,    Autor: Benjamín Vicuña Mackenna.
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