Don Manuel Bulnes Prieto gobernó dos períodos, al final del segundo período estalló en el país una de las más sangrientas revoluciones de nuestra historia (1851).
Pretendían los revolucionarios defender la libertad electoral, en la elección del sucesor de Bulnes en el gobierno. Este hecho histórico tiene incidencia con Nacimiento.
Encontramos abundante información en las obras de Vicuña Mackenna, Barros Arana, Francisco Encina, Jaime Eyzaguirre y en la documentada obra de don Domingo Contreras Gómez.
La ciudad de Concepción tenía como candidato a la presidencia de Chile, al general don José María de la Cruz y al tener conocimiento de las pretensiones de don Manuel Montt, se amotinó dando lugar a sangrientos sucesos el 20 de abril de 1851.
Concepción había proclamado su candidato el 10 de febrero de 1851. De la Cruz, era en ese entonces intendente de la provincia y General en Jefe del ejército del Sur. La noticia disgustó a los santiaguinos, que retiraron la candidatura “pipiola” de don Ramón Errázuriz, con lo que los “pelucones” se encontraron con un candidato peligroso y decidieron atacar a De la Cruz, puesto que este venía a tirar por la ventana sus ilusiones de obtener el triunfo de su candidato oficial don Manuel Montt.
El gobierno llamó a De la Cruz a Santiago y por razones de política militar lo mantuvo allí hasta el final del acto electoral. Esta abierta intervención del gobierno dio el triunfo a Montt, De la Cruz protestó amenazando con desconocer el triunfo del candidato electo, por lo que fue destituido de su cargo, sin que existiera razón, hecho que enfureció a los penquistas y sureños (19 de julio de 1851).
De la Cruz llegó a Talcahuano el 30 de julio de1851, como simple ciudadano, siendo recibido con grandes muestras de aprecio popular. El pueblo se había vaciado en las calles a pesar de que llovía, para avivarlo y gritarle “Libertador”, pues así le decían.
El clima estaba tenso, se respiraba un aire de revuelta, entonces propusieron a De la Cruz que se pusiera al frente de la revolución que contaba con el apoyo del ejército. El movimiento estaba encabezado por el general don Fernando Baquedano y por el capitán don Cornelio Saavedra.
El regimiento de Artillería, el cuartel de Cívicos y otros fueron ocupados la noche del 13 de septiembre. Al día siguiente el general Baquedano lanzó una proclama en la que llamaba a las armas en defensa de la Patria. Su actuación no fue aprobada por De la Cruz puesto que no fue consultado. Ese mismo día el pueblo de Concepción nombraba jefe político a don José María de la Cruz, quien se encontraba enfermo en su fundo en Peñuelas. Cuando se impuso de los hechos rechazó su precipitación y se negó a aceptar el nombramiento, sin embargo ignorando la negativa de De la Cruz los revolucionarios llevaron el movimiento adelante, en Los Ángeles se levantaron el coronel Manuel Riquelme y el comandante José Urízar.
En la plaza de Nacimiento se encontraba como jefe de la guarnición y al mando de una compañía del batallón Carampangue, el capitán don José Soto, quién por orden de su superior, coronel Riquelme, se alzó con sus tropas, levantando su bandera a favor del gobierno constituido. El intendente de Concepción coronel don Agustín Vial, destituyó al capitán Soto, reemplazándole por don José Segundo Robles y ordenó a Riquelme presentarse en Concepción, para responder de sus actos, pero Riquelme siempre astuto y zorruno, se había ausentado dejando en su lugar a Urízar.
El 5 de octubre De la Cruz viajó a Los Ángeles y reforzado por el regimiento Carampangue, las milicias de Yumbel y el regimiento de caballería “Dragones de la Frontera”, creados y dirigidos por el nacimentano don Eusebio Ruíz Guzmán, (dice el señor Contreras Gómez:”Me siento obligado a decir dos palabras sobre la personalidad de este comandante honra y prez de la provincia del Biobío”). Enseguida las tropas revolucionarias se dirigieron hacia el norte, encontrándose con el ejército del gobierno constituido en Loncomilla.
La batalla de Loncomilla el 8 de diciembre de 1851, fue la más terrible catástrofe de los fastos chilenos, su resultado fue especialmente doloroso para Nacimiento y Los Ángeles, hubo más de tres mil quinientos hombres muertos. Allí rindieron su vida Eusebio Ruíz, Lara Urriola, Souper y Grandón.
Esta situación obligó a De la Cruz a poner fin a las hostilidades, su ejemplo fue seguido por otros jefes, reconociendo finalmente al gobierno constituido de don Manuel Montt.
Extracto del Libro: “La Historia de Nacimiento” de don Ramón Navarrete Stagg y Claudio Carrasco.
Nota: La biografía de don Eusebio Ruíz Guzmán, fue publicada anteriormente en este blog.
www.nacimientotumemoria.blogspot.com
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excelente ,felicitaciones
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