Participaron las fuerzas peruanas
al mando del coronel Francisco Bolognesi, en número de 2.100 hombres que se
encontraban de guarnición en y la división chilena de 4.000 soldados de
infantería al mando del coronel Pedro Lagos Marchant.
El día 5, a las 8:00 hrs. Los cañones
chilenos rompieron el fuego, el que fue contestado por los peruanos. En el
mismo día fue mandado un parlamentario a conversar con el enemigo, recayendo la
misión en el mayor José de la Cruz Salvo. Fue conducido con los ojos vendados a la presencia del jefe de la plaza,
coronel Bolognesi, quien lo recibió cortésmente. El parlamentario le pidió la
rendición de la plaza para evitar derramamiento inútil de sangre, ya que debido
a la situación de los chilenos y a sus fuerzas, toda resistencia era inútil.
Bolognesi le dijo: “resistiremos hasta quemar el último cartucho”.
El 6 de junio se efectuó un segundo
bombardeo con la cooperación de la
Escuadra Naval, con la cual se quería justificar una capitulación peruana honrosa.
El intercambio de disparos averió a la Covadonga y provocó muchas bajas en el
blindado Cochrane. A media noche del 6, el coronel Lagos dejó el campamento de
Azapa con los cuerpos que iban a participar en el asalto. El ataque se inició
al amanecer del día 7 de junio contra el
fuerte Ciudadela, el que fue tomado a cuchillo. Otro fuerte atacado fue el del
Este, de la misma manera. La fuerza peruana que salvó de estos fuertes mediante
la fuga, fue a engrosar la guarnición del morro de Arica. Según el plan trazado,
una vez tomados estos dos fuertes correspondía al Regimiento Buin, que llegaba
de refresco, tomar el morro. No se sabe quién, en el fragor de la batalla
gritó: ¡Al morro muchachos!, la tropa
olvidando las instrucciones recibidas se precipitó al asalto. Los soldados
llegaron a la plazoleta del morro, izando la bandera chilena. Bolognesi, Ugarte
y la mayor parte de los oficiales perecieron en la refriega. La versión de que
uno de ellos se lanzó con su cabalgadura al mar, no pasa de ser una leyenda. Sáenz
Peña fue salvado herido por el capitán Silva Arriagada que llegó en esos
momentos. Los fuertes del norte habían caído en poder del batallón Lautaro
dirigido por Orozimbo Barbosa Puga. Se izó la bandera chilena a las 7:45 hrs, la toma del morro demoró sólo
55 minutos de lucha.
El general Manuel Baquedano González
y el coronel Velásquez que observaban la batalla y seguidos por Manuel Bulnes
Pinto (hijo del general Manuel Bulnes Prieto), del Regimiento Carabineros de Yungay, tomaron
la plaza de Arica las 8:30 hrs., momento
en que salvaron la vida de cientos de
rendidos. El general Baquedano fue ascendido por esta victoria a General de
División.
El número de prisioneros peruanos
fue superior a 1.000 y un número igual cayó en la batalla. Las bajas chilenas
fueron de 473 entre muertos y heridos. Murió en esta ocasión el comandante del
4° de Línea Juan José San Martín.
Fuente: Diccionario Histórico y
Biográfico de Chile, Fernando Castillo, Lía Cortés y Jordi Fuentes.
Nota: En esta batalla
participaron los nacimentanos Abel Gómez Olivares, comandante del Regimiento de
Artillería N°2 y el capitán Juan Ramón Terán Ruiz, del Regimiento de Caballería
Carabineros de Yungay 2° de Línea.
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