La guerra contra la Confederación Perú- Boliviana, desarrollada entre 1836 y 1839, fue el primer conflicto bélico que Chile debió asumir como nación independiente. A pesar de que el conflicto nos enfrentó con dos naciones, que unidas resultaban más poderosas, la Batalla de Yungay decidió la victoria de Chile.
El Ejército Restaurador fue dirigido por el General Manuel Bulnes Prieto y el Ejército Confederado por el Mariscal Andrés de Santa Cruz.
Los cerros Punyán y el Pan de Azúcar fueron el centro de la acción de las tropas.
El Ejército Restaurador debió batirse con un enemigo mayor en número y acostumbrado al clima, a diferencia del contingente chileno que se vio muy afectado en ese sentido.
Terminada la batalla, el general Bulnes envió al ministro de guerra un comunicado que decía: “¡Viva Chile! Sobre el campo de batalla que he vencido completamente al enemigo en fuerza de seis mil hombres mandados por Santa Cruz, solo tengo tiempo de decir a Vuestra Excelencia que la Confederación ha quedado disuelta en cinco horas, en un combate reñidísimo y sangriento y que los valientes que tengo el honor mandar y cuyo heroísmo no tiene ejemplo, han arrancado al enemigo posiciones casi inaccesibles, su Artillería, Parque, Caballería y todo.”
El triunfo de Yungay el 20 de enero de 1839 marcó un hito en nuestra historia, afianzando un sentimiento de nación, tanta fue la importancia de Yungay, que su himno militar se convirtió en un emblema nacional.
Figuras representativas fueron el Sargento Juan Colipí y la Sargento Candelaria Pérez.
Entre los nacimentanos que se enrolaron en el glorioso batallón “Carampangue” y que combatieron en la Batalla de Yungay, se encontraban los capitanes José María Ruíz, Manuel Terán Villagrán y José Bartolomé Sepúlveda Núñez.
Extracto del libro: “La Historia de Nacimiento” de Ramón Navarrete Stagg
Pagina web: Memoria Chilena
www.nacimientotumemoria.blogspot.com
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