Este sitio es para toda persona nacida en esta hermosa tierra. Para todo aquél que se sienta orgulloso por su comuna. para el que sigue aquí, para el que está lejos y para los que de una u otra forma se les ha impregnado en la memoria el nombre de Nacimiento. Más de cuatrocientos años de historia forjaron nuestras raíces, de aquí surgieron patriotas forjadores de nuestra independencia, artistas, escritores, congresistas, héroes, deportistas, nacimentanos de corazón.

Aquí está tu espacio, tu cita con la historia, con el presente y el rincón de los recuerdos y la posibilidad de expresar tus sentimientos por tu pueblo, tu opinión nos interesa, no dejemos en el olvido este pedazo de tierra con una de las historias más extensas e importantes de nuestra patria.
Cada pueblo, cada país, incluso cada persona le asigna importancia a algún tipo de recuerdo. Practicar el ejercicio de mirar hacia atrás es para entendernos mejor, pues el pasado a menudo nos ofrece las claves necesarias para desenvolverse en forma adecuada y exitosa en el presente.
La Historia busca recrear esas vidas y experiencias de esos antepasados, pero no con un mero afán de curiosidad, sino con un espíritu crítico que permita ir descubriendo el legado de los que ya no están. Ahí en el acto de recordar, está la conexión con nuestras raíces, con nuestra Historia.
La historia de más de cuatro siglos de Nacimiento, nos muestra que somos una comunidad muy amplia, que tiene raíces en las civilizaciones precolombinas, la irrupción europea trastocó la historia, el choque de dos identidades con pocos elementos en común, modificó el modo de ser de ambos grupos, configurando la nueva identidad mestiza. El descubrimiento del Nuevo Mundo, marcó un hito en la historia de la humanidad. Todo un continente se moviliza desde la vieja Europa a colonizar estas tierras, impregnándolas con sus tradiciones, costumbres, idiomas y mezclándose en el surgimiento de una nueva raza. Lo que hoy somos, casi como el producto de la fantasía sucedió en esta región hace ya más de 4oo años, como resultado de la audacia de los conquistadores y la pujante y tesonera fuerza de los caciques araucanos. Fue aquí donde la lanza y la espada se encontraron para formar un nuevo pueblo.
"Los pueblos que no conocen su historia, sus errores y sus aciertos, pierden conciencia de sus destinos y los que se apoyan en las tumbas gloriosas de sus antepasados, son los que mejor preparan el porvenir".
Te invito a conocer nuestra historia, eres bienvenido.

martes, 18 de octubre de 2011

CAPTURA DEL TRANSPORTE “RIMAC”, 23 DE JULIO DE 1879


       El “Huáscar” y la “Unión”, cumpliendo con su misión en la madrugada del 23 de julio de 1879, sorprenden poco más al norte de Taltal, sin ningún resguardo al transporte chileno “Rimac” que llevaba a  bordo con destino a Antofagasta al regimiento “Carabineros de Yungay” de 258 plazas incluido quince jefes y oficiales, su comandante era el teniente coronel don Manuel Bulnes Pinto, hijo del ex presidente de Chile y héroe de Yungay en la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, Manuel Bulnes Prieto, también componía el cuerpo de oficiales de este regimiento otro hijo del héroe de Yungay el sargento mayor don Wenceslao Bulnes Pinto, el transporte apresado traía 215 caballos del regimiento, una gran cantidad de carbón, armamento , proyectiles, forraje, etc. La caza duró cuatro horas aproximadamente y el capitán del buque era  don Pedro Lautroup, según el parte de guerra del capitán de navío don Miguel Grau.
            Según el corresponsal del diario “El Comercio”, otro testigo presencial de la entrada del transporte “Rimac” a Arica aquella mañana del 25 de julio de 1879, describe el acontecimiento señalando que el buque chileno entra al fondeadero del puerto a las 9:30 Hrs. A.M., escoltado por el monitor “Huáscar” seguido por la corbeta “Unión” se izó la bandera  de Chile  invertida con su estrella hacia abajo y sobre esta estaba el pabellón rojiblanco del Perú, según el corresponsal del periódico limeño, al anunciarse la entrada del buque prisionero, se dispararon salvas de honor para las tripulaciones de los buques peruanos que regresaban triunfantes de la incursión a las costas antofagastinas, se echaron las campanas al vuelo en señal de victoria, la población se arremolinó en el muelle saludando a los buques victoriosos con pañuelos blancos, muchas banderas bicolores del Perú y en menor número se vieron algunas banderas de Bolivia, el pueblo y muchos soldados de franco se agolpaban en el desembarcadero con la curiosidad de ver descender a los temidos chilenos, que la propaganda  los presentaba como “hordas bárbaras de araucanos” dispuestas a cualquier ultraje, la espera de los curiosos para ver a los prisioneros fue aproximadamente de tres horas, fue larga pero no tediosa, ya que se desembarcaron primero la caballada que era de primerísima calidad, llamando la atención en particular de la oficialidad aliada, para algunos este hecho constituyó un agravio más que se les quiso inferir a los chilenos, al hacer descender el ganado antes que los prisioneros. Para los expectantes ariqueños , la sorpresa fue mayúscula cuando vieron desembarcar a los prisioneros en perfecto orden y disciplina,  pero siempre bajo la atenta vigilancia de sus aprehensores, el regimiento “Carabineros de Yungay”, considerado un cuerpo de elite lucía los vistosos uniformes de la caballería chilena, los marinos iban ataviados de sus uniformes de parada, lo que había sido autorizado por el comandante provisorio del “Rimac”, capitán de fragata de la Armada del Perú don Manuel  Melitón Carvajal; los prisioneros con mucha dignidad encabezados por su jefe el comandante don Manuel Bulnes tomaban formación en el sector de la marina como si fuesen a presentarse a una parada militar, no bubo insultos ni injurias por parte de los curiosos ariqueños, si se escuchaban muchos vivas al Perú, vivas  a Bolivia, vivas al capitán Grau y sus marinos. Los prisioneros fueron conducidos al interior del recinto de la Aduana, donde pasó revista a la formación de prisioneros el Supremo  Director de la Guerra, el general Mariano Ignacio Prado, concluida la cuenta se ordenó trasladar a los prisioneros, soldados de caballería, al cuartel “San Francisco”, la marinería fue repartida en varios recintos de reclusión, la oficialidad se le destinó al cuartel de la Guardia de Honor del Supremo Director de la Guerra, a los comandantes Bulnes y los jefes navales, Lautroup y Gana se les detuvo en el  hotel “Colón” con cortesía pero con estricta vigilancia.
Fuente: Bajo el Brillo del Corvo y el Sonar del Clarín, La Batalla de Arica.
Autor: Hernán Lagos Zúñiga.
Nota: Cabe mencionar que el nacimentano don Juan Ramón Terán,  pertenecía al regimiento de caballería “Carabineros de Yungay”.
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lunes, 17 de octubre de 2011

ORELLIE ANTOINE DE TOUNNENS, EL REY DE LA ARAUCANÍA

           
            Nació en la localidad de la Chaise, departamento  de la  Dordoña, Francia el 12 de mayo de 1825. Hijo de padres campesinos. De su juventud no se conservan mayores noticias. En esa época, según recuerda en sus memorias, inició lecturas de viajeros llenando su tediosa vida con la ilusión de emular sus aventuras y la peregrina idea imperialista de “reunir las repúblicas hispanoamericanas bajo el nombre de una confederación manárquica constitucional dividida en diecisiete estados”
            E n agosto de 1858 se encontraba en Coquimbo. Durante los dos años siguientes, aprendió el idioma castellano y se relacionó con logias masónicas de Valparaíso, lo que le permitió definir el territorio desde el cual iba a iniciar su afiebrada “labor imperial”.
            De los territorios sudamericanos que en esa  época aparecían  sin una dominación efectiva, fijó su atención en La Araucanía, donde sus habitantes naturales habían rechazado por siglos a la autoridad española y chilena. Creyó que ahí podían ser acogidas sus aspiraciones monárquicas.
            En octubre de 1860, Tounnens se trasladó a La Araucanía, iniciando su viaje desde el puerto de Valdivia al interior, junto a un grupo de comerciantes franceses. Consiguió el permiso del cacique Quilapán para internarse en sus tierras, prohibida para los chilenos, siendo acompañado de un mocetón e intérprete y dos franceses. La impresión de los mapuches debió ser mayúscula al ver llegar a un hombre de figura maciza, vestido con traje, pero poncho como los suyos y con la idea de que ellos lo nombraran  Rey.
            Tounnens encontró la manera de convencer a los mapuches y a un mes de haber llegado al territorio araucano decretó el nacimiento de la primera monarquía constitucional y hereditaria de La Araucanía.
            Según la interpretación del biógrafo Armando Braun Menéndez, los caciques lo aceptaron debido a que en él veían el símbolo de la resistencia frente al Estado  chileno.  Asimismo, por una leyenda mesiánica, influida por su cristianización colonial, que decía que la guerra y la esclavitud terminarían el día en que llegara un hombre blanco a la región.
            A su proclamación como Rey, muy pronto siguieron la promulgación de la Constitución de la Monarquía, su difusión en varios periódicos y las cartas de aviso al gobierno de Manuel Montt.
            El 20 de noviembre de 1860 decidió además incorporar la Patagonia a su reino, fijando los  límites de la Monarquía en el Biobío por el norte, la costa del Pacífico por el este, la costa atlántica desde el río Negro al sur por el oeste y el Estrecho de Magallanes por el sur.
            Orellie se trasladó a Valparaíso a dar a conocer su monarquía, a la que denominó “La Nueva Francia”, pero sus amigos franceses, quienes debieron haber sido sus mayores consejeros, se rieron de sus ocurrencias y pasado un año ninguna autoridad lo recibió.
            Regresó a La Araucanía en diciembre de 1861 y se dedicó a entrevistarse con distintos indígenas, a quienes ofreció su ayuda para defender la frontera norte a cambio de su adhesión a él. El alboroto generado provocó cierta preocupación  en la Intendencia de Arauco, por cuanto no eran lejanos los levantamientos indígenas de 1859.
            Las autoridades chilenas pusieron precio a su cabeza. Fue un criado quién lo entregó en enero de 1862, a orillas del río Malleco. Fue sometido a juicio en Nacimiento por el comandante de esa plaza, Manuel  A. Faes. El  7 de enero fue trasladado a Los Ángeles, e interrogado por el Intendente de Arauco, coronel Cornelio Saavedra. Durante el juicio enfermó de disentería y se le cayó el cabello. Acusado de perturbador del orden público, fue condenado en primera instancia a 10 años de cárcel.
            E n julio de 1862 el juez Matus sobreseyó la causa y lo sentenció a ser recluido en la Casa de Orates de Santiago, ciudad a la que llegó solo en octubre de ese año. Allí fue liberado gracias a la intervención del cónsul francés Henri Cazotte, quién lo envió a Europa.
            Durante  6 años Tounnens hizo propaganda en Europa a su acción en América, interesando a gobiernos y capitalistas en financiar una segunda etapa de su reino de La Araucanía. Logró la ayuda de un tal M. Planchu, con el cual llegó a Chile a finales de 1869.
            Pero la situación en La Araucanía había cambiado luego de su ausencia de 9 años. El estado chileno decidió acelerar sus planes de ocupar el territorio y dominar a los indígenas. Es así como los caciques que antes lo habían apoyado, vieron reducidas sus fuerzas; el supuesto Rey tampoco tenía los recursos para enfrentar los ejércitos chilenos. No tuvo la acogida esperada, por lo que decidió trasladarse a Buenos Aires, llegando allí en julio de 1871.
            Su extraña aventura americana había terminado en el más completo descrédito, por lo que volvió a Francia. No por ello desistió de sus  propósitos. Dos veces más intentó regresar a América, en 1874 y 1876, pero sólo llegó hasta Argentina, siendo forzado a retornar a Europa.
            Tounnens instaló su Corte  Real en un departamento en París, donde recibía a los curiosos junto a sus ministros. Estos a cambio de títulos de  nobleza de Monarquía Araucana, financiaban la vida del Rey en el exilio. Sus amigos terminaron por conseguirle un modesto empleo municipal. Tounnens falleció en París el 19 de septiembre de 1878.
            Orellie llegó a tener un himno, compuesto por Guillermo Frich, en Valdivia en 1864 y monedas de peso  acuñadas en plata el año 1874. El príncipe Felipe en 1996, fue uno de los últimos descendientes, miembros de su familia.
Fuente: Grandes Biografías, Figuras de la Historia de Chile de Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales  e Isabel Torres Dujisín.
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sábado, 15 de octubre de 2011

LA MONTONERA DE LOS PINCHEIRA

LOS HERMANOS PINCHEIRA
¿ BANDIDOS O REALISTAS?
            Si bien las acciones de la Guerra de la Independencia habían terminado en la Zona Central del país, en el Sur se mantuvo una enconada resistencia al gobierno republicano, hasta el año 1832, por parte de un grupo de personas que decían defender los derechos del Rey. A esta se la ha llamado  “La Guerra a Muerte”.
            En realidad esta no tenía objetivos claros en lo político, pues se trataba de montoneras que  atacaban diversos pueblos y realizaban todo tipo de actos delictuales.
            Gran notoriedad en este tipo de actividades alcanzaron los hermanos  Antonio, Santos, Pablo y José Antonio Pincheira. Inicialmente podrían haber sido considerados como una montonera realista, pero sus acciones los fueron convirtiendo paulatinamente en una banda de delincuentes
            La montonera  de los Pincheira estaba integrada por aproximadamente 400 hombres. Realizaban sus correrías en La Cordillera de los Andes y en los valles aledaños, llegando incluso hasta San Luis, en Argentina. Tras sus asaltos _ caracterizados por los asesinatos, el cuatrerismo, el rapto de mujeres y otros actos de extrema crueldad_partían a su refugio. Se cuenta que entre sus acciones se encontraba el descuartizamiento de niños y el asesinato de ancianos.
            Tras un asalto en la ciudad de Linares, realizado después de que la banda recibió un “refuerzo” de 80 soldados desertores, degollaron a todos los  hombres incluyendo al Gobernador  y se llevaron a las mujeres.
            En 1824 asaltaron Neuquén, donde encerraron en la capilla a 14 mujeres ancianas y luego incendiaron el pueblo.
            Los gobiernos de la época dispusieron el envío de tropas para lograr su captura, pero no se obtenían los resultados esperados y como represalia, los Pincheira redoblaban sus acciones. En una de esas batidas (1827) Antonio Pincheira resultó muerto. Ello implicó un cierto grado de desbande del grupo, el que luego fue recompuesto por sus hermanos, ahora liderados por José Antonio.
            En 1827 el gobierno a través del coronel Jorge Beauchef_trató de llegar a un acuerdo pacífico con los bandidos, pero sus propuestas fueron rechazadas.Solo bajo el mandato de José Joaquín Prieto se logró poner fin a sus correrías. En enero de 1832 un fuerte contingente militar al mando de don Manuel Bulnes Prieto, salió desde Chillán en su búsqueda y los sorprendió en las cercanías de su refugio. La batalla fue sangrienta y en ella murieron alrededor de 200 montoneros, lográndose rescatar a un numeroso grupo de mujeres y niños cautivos.

Fuente: “Grandes Biografías, Figuras de la Historia de Chile” Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales  e Isabel Torres Dujisín.
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